domingo, 29 de junio de 2008

CAUSAS

En la última década, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el número de madres adolescentes en Chile ha crecido un 2,4%. De los 230.352 niños nacidos vivos en 2004, 33.508 son hijos de madres de entre 15 y 19 años, y 906 de niñas bajo los 15, según estadísticas del MINSAL. Esta cifra se incrementó a 38 mil y 1.080 en 2006, respectivamente.
Aún cuando estos números son bajos en relación a los países vecinos de la región, son los más elevados entre los países con mejor ubicación en la escala de desarrollo.
Algunos factores que explicarían esta situación, son los importantes cambios biológicos que hacen que las mujeres tengan su primera menstruación a los 12 años y no a los 17, como hace dos décadas. Además, la adolescencia, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la etapa entre los 10 y 19 años de edad, corresponde a un periodo de cambios, donde se produce un distanciamiento de las figuras paternas, un acercamiento a los pares y un interés por el sexo opuesto.
Para el director del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente (CEMERA), de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Ramiro Molina, una de las causas del embarazo adolescente “tiene que ver con el inicio precoz de las relaciones sexuales, con que no hay educación sexual y con que no existen lugares confidenciales donde los menores de edad puedan asistir para prevenir un embarazo. Es un grupo poblacional extraordinariamente desvalido, sensible y vulnerable”.
Otros expertos sostienen que este fenómeno se produce por el desconocimiento de métodos preventivos eficaces. Sin embargo, la directora del Centro de Estudios de Biología Reproductiva (CEBRE) de la Universidad Católica de Chile, Marcela Aracena, sostiene que “la mayoría de las mujeres que se embarazan en sectores medios o bajos, no lo hacen por no saber de métodos anticonceptivos”, sino porque el rol de madre es una alternativa de realización personal, cuando no tienen grandes aspiraciones en el plano profesional.
Un estudio realizado por este mismo centro señala que el 88,6% de los escolares que han tenido una relación sexual conocen los anticonceptivos. Sin embargo, tan sólo el 23,4% de ellos afirma utilizar algún método para prevenir el embarazo. Según otra investigación realizada por profesionales de la Universidad de Chile, en 2004, los adolescentes no solicitarían anticonceptivos por “vergüenza”, “no haberlo pensado” y “miedo”.

COINCIDENCIA

Tras el embarazo juvenil hay un enorme vacío. "Creo que el tema de la educación sexual sigue siendo una deuda gigantesca. Educación entendida no sólo como información de anticonceptivos y donde se pueden conseguir, sino algo integral, donde el joven pueda conocerse a sí mismo y tener conciencia de sus derechos sexuales y reproductivos", concluye la periodista.

Al respecto, el doctor Ramiro Molina insiste en que, "tiene que ponerse en práctica una política que tenga que ver con la justicia, la equidad y la buena calidad de atención; además de incluir el concepto ético de salud pública. Que las personas que dependan del Estado tengan educación sexual tanto o mejor que la que tiene el sector privado".



OTRA VISION DEL TEMA

La periodista Claudia Lagos, autora del libro 'A nadie le importa el aborto' (LOM Ediciones), a través de una ardua investigación respecto de este sensible tema, llegó a establecer variadas realidades.

"No basta sólo con ampliar el acceso a los métodos anticonceptivos e implementar programas de educación sexual -que es una cuestión elemental- sino que también tiene que ver con cuestiones culturales", explica.

Agrega que, "muchas chiquillas de 14 ó 15 años que han quedado embarazadas sabían que existían métodos de prevención, tenían acceso a ellos y así todo no los usaron".

El dato no es menor si se considera que el año 2000 se registraron 1.055 partos de menores de 14 años y en el 2001, estos aumentaron a 1.162.

Los pocos consensos que suscita acordar qué enseñar y cómo enseñar la educación sexual en Chile sigue dejando trunco un conocimiento que incluso el actual ministro de Educación había prometido hacerse cargo.

Sin embargo, más allá de la discusión o propuestas, detrás queda lo más importante, la niña-mujer.

"En muchos casos se da que están contentas con el embarazo, pues de alguna manera, es el camino que le permite a la chica 'ser alguien' entre sus pares. Además, frente a sus padres deja de ser solamente la hija, porque tiene algo que le es propio, considerando sobre todo a los sectores populares donde las perspectivas de desarrollo son súper pocas", afirma la periodista.

Y no es que todo sea blanco y negro, y que las adolescentes de las clases populares estén buscando quedar embarazadas por falta de perspectivas: "No es que lo busquen. Son chiquillas que quedan embarazadas sin esperarlo, conociendo los métodos anticonceptivos y algunas teniendo acceso a ellos. En el proceso se van encantando con la posibilidad de tener hijos, luego vuelcan su vida en eso y terminan abandonando los estudios", explica Claudia Lagos, como parte de las consecuencias que desnudó en su investigación.

miércoles, 11 de junio de 2008

EXPULSIÓN DE COLEGIOS

Hace poco fue aprobado el reglamento que protege a las estudiantes embarazadas, de tal forma que no sean expulsadas de su colegio.
La regla extensible a establecimientos privados y públicos, obliga a dar facilidades para que las jóvenes terminen sus estudios.
Claudia Lagos considera que el instructivo ministerial no tiene mayor incidencia en la mayoría, por cuanto "una de las razones de abandono es que una vez que las muchachas tienen las guaguas se les hace súper complicado seguir estudiando porque los colegios no son flexibles, y ellas necesitan ir a darles pecho o a verlas".
La normativa del Ministerio de Educación entró en vigencia hace poco, por lo que habrá que esperar un tiempo para evaluar su impacto.

EL CENTRO DEL PROBLEMA

Se entiende, entonces, que la fecundidad ha bajado debido a los programas sanitarios impulsados a partir de la década del sesenta, pero ¿por qué las menores de edad son el único grupo que no han descendido en la tasa de natalidad? El director de Cemera tiene una determinante respuesta: "Tiene que ver con el inicio precoz de las relaciones sexuales, con que no hay educación sexual y con que no existen lugares confidenciales donde los menores de edad puedan asistir para prevenir un embarazo. Es un grupo poblacional extraordinariamente desvalido, sensible y vulnerable".
Reitera su planteamiento permanente en cuanto a la poca importancia que el tema ha tenido durante muchos años.
"Hoy se da exactamente el mismo panorama que en los sesenta: los adolescentes de nivel alto casi no tienen embarazos, al contrario de los sectores socioeconómicos más bajos, donde sí existen. En Vitacura, Las Condes y Providencia el número de embarazos es 39% más bajo que en las comunas pobres como La Pintana, Huechuraba o Conchalí. Esos son datos objetivos".

VISION MÉDICA

Para el doctor Ramiro Molina, director del Centro de Medicina Reproductiva y Desarrollo Integral del Adolescente (Cemera) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, la tasa de fecundidad (número de embarazos por cada mil mujeres) desde la década de los 60' que viene manteniéndose igual.
"En 35 años de observación, prácticamente la fecundidad adolescente ha permanecido estable. Se mantiene la media de entre 55 y 60 hijos por cada mil mujeres de entre 15 y 19 años", expresa.
Respecto del grupo de mujeres mayores, añade que, "la fecundidad comenzó a descender en el año 1964 cuando se puso a disposición de toda la población chilena el uso de los métodos anticonceptivos", destaca el facultativo.
Informa el médico que no es que durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva (1964-1970) se decidiera ir contra la familia, sino que la razón de la puesta a disposición de los métodos anticonceptivos tenía que ver con una urgencia sanitaria que urgía al país: "Para 1960 prácticamente la primera causa de mortalidad femenina en Chile era por el aborto provocado".
Complementa que fue gracias al programa materno-infantil del Servicio Nacional de Salud, SNS (que luego sería el Ministerio de Salud) trabajando el tópico de planificación familiar el que daría una solución al tema y produciría dos fenómenos que marcarían a Chile: una significativa baja de los abortos y el descenso en la fecundidad.
Molina añade que, "se pasó a reemplazar la interrupción de los embarazos (el aborto) por la prevención de los embarazos no deseados. En este contexto las personas que asumieron mejor los métodos fueron las mujeres adultas en edad fértil, teniendo una brusca baja en la fecundidad, sobre todo en las mujeres mayores de 25".

EMBARAZO JUVENIL

"Esto tiene que ver con el inicio precoz de las relaciones sexuales, con que no hay educación sexual y con que no existen lugares confidenciales donde los menores de edad puedan asistir para prevenir un embarazo", enfatiza el doctor Ramiro Molina como causales de los embarazos juveniles.
Chile es parte de la tasa de envejecimiento mundial (por la menor cantidad de niños nacidos), pero tiene una especial característica: es el único país que ha subido en la cantidad de nacimientos en madres menores de 19 años.
Un hijo, "de alguna manera, es el camino que le permite a la chica 'ser alguien' entre sus pares. Además, frente a sus padres deja de ser solamente la hija, porque tiene algo que le es propio", afirma Claudia Lagos, periodista y autora del libro 'A nadie le importa el aborto'.


Está comprobado que las sociedades están envejeciendo, debido a las mayores expectativas de vida y la menor cantidad de hijos por pareja.
Ello ha llevado a Francia, Inglaterra, Italia y Portugal, por ejemplo, a implementar programas de emergencia para intentar aumentar la cantidad de nacidos.
En Chile, la tendencia a tener menos hijos es acorde con lo que sucede en el resto del mundo. Por ejemplo, en 1980 las mujeres entre 20 y 24 años tenían 162 niños por cada mil mujeres, mientras que pasado el 2000 esa tasa bajó a 110, 4 niños.
Todos los datos de natalidad hacen ver que el país es parte de la tasa de envejecimiento mundial (por la menor cantidad de niños nacidos) salvo un detalle: en Chile, el único grupo que ha subido en la cantidad de nacimientos es el de las menores de 19 años.
Bajo este especial dato cabe preguntarse ¿Por qué aumentan los hijos precisamente en el grupo menos preparado para la maternidad? ¿Por qué las mujeres mayores, más maduras y mejor preparadas para la maternidad están teniendo menos hijos, mientras que las menores de edad todo lo contrario?